La movilización convocó a empresarios y sectores agrícolas que, por encima de las reclamaciones al Estado, exigen ya el desbloqueo para no desfallecer financieramente después de la pandemia y de paso los paros.
Fue una marcha en silencio, sentida, con participantes que guardaron su voz como señal exclusiva de rechazo a los taponamientos que en el Huila completarán un mes. Lucieron de blanco y caminaron desde el Centro de Convenciones en Neiva hasta la plaza de banderas de la Gobernación, cuyos alrededores fueron víctimas del vandalismo que incendió Bancolombia, Banco de Occidente, entre otras entidades.
La marcha fue masiva, en su mayoría empresarios que tras los cierres viales por parte de los manifestantes, no han podido recibir materia prima para laborar. Las cifras de pérdidas están disparadas. Y no se descarta apretar las nóminas en algunas entidades. En Neiva- por ejemplo- escasea la harina, el azúcar, el papel donde imprimen los principales diarios regionales. La situación, es compleja.
Al comienzo, los empresarios y gran parte del sector agricultor pensaron en organizar la movilización. Algunos temían que el vandalismo hiciera lo suyo y afectara a sus negocios, pero se llenaron de valor y demostraron que los buenos son más y que necesitaban decirle al país que más allá de las reclamaciones de las protestas al Gobierno Nacional, taponar carreteras, obstruir las entradas y salidas de la ciudad, es lesionar la economía, extinguir a las empresas que se resistieron a morir durante la pandemia por la covid-19 y que hoy no merecen un nuevo golpe: los cierres por el paro.
Caminaron con sombrillas, con pancartas que decían ‘Basta Ya, sí a la movilidad’, además de banderas de Colombia que se extendieron por las principales calles de la capital del Huila. La mayoría de manifestantes desfilaron. Otros movían sus camisetas desde los balcones de los edificios. Los neivanos están cansados del paro, de sus consecuencias, y exigen a gritos el lenvantamiento de los bloqueo
Y es que bloquear el Huila es incomunicar la región con el centro y norte del país. Y a Colombia con Ecuador, una ruta estratégica comercialmente que está obstruida por camioneros, indígenas y jóvenes que permanecen en espera de una negociación con el gobierno de Iván Duque. Están en Campoalegre, Altamira, Aipe, Neiva, todos municipios del departamento.
La Cámara de Comercio del Huila lleva un informe detallado de las pérdidas económicas. El departamento- recordemos- es ganadero y ha perdido más de 4.500 millones de pesos porque no se permite el paso de leche. Casi 3 millones 500 mil litros del lácteo no se pudieron vender.
Ariel Rincón Machado, presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio, reportó que en un 70 por ciento se ha reducido el sacrificio de ganado en la región, es decir, se han perdido más de 3.300 millones.
La construcción- por ejemplo- registra un desabastecimiento de cemento, acero, hierro, aluminio, concreto. Ante esto, 2.300 empleos están en riesgo, lo que se traduce en más de 10.000 millones de pesos en pérdidas.
A la cadena avícola le han dejado de ingresar más de 101.000 millones de pesos. Todos han perdido, incluido el sector transporte. Las empresas de carga dejaron de percibir 2.530 millones de pesos en los últimos días; el transporte intermunicipal, 20.000 millones de pesos; el transporte público urbano, 1.848 millones.
Por esto, sin atacar ni responsabilizar a nadie, sin agredir al que piensa distinto, marcharon y le mostraron al país que también hay un sector silenciado que tiene derechos y que quiere seguir trabajando por el sur del país.
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