Lugares como Pitalito y Yopal han avanzado en infraestructura, generación de empleo y turismo.
El ranking Doing Business, desarrollado por el Banco Mundial, evaluó en 2020 a 190 países en aspectos específicos como permisos de construcción, acceso a créditos, impuestos para empresas y cumplimiento de contratos. Allí, Colombia fue calificado como el cuarto mejor destino en América Latina para hacer negocios.
Según estos resultados, de 70,1 sobre 100, este es uno de los países del mundo donde es más fácil acceder a un crédito y hay un ambiente bastante positivo en cuanto a protección de pequeños inversionistas y para quienes deseen abrir una empresa.
Con base en la medición, ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla también han sido catalogadas como las mejores ciudades de Latinoamérica para hacer negocios, respectivamente en los puestos 5, 15, 21, 25 y 29,
No obstante, en los últimos años algunas zonas y ciudades intermedias han fortalecido estos aspectos para atraer inversionistas.
Este es el caso de Pitalito en Huila, el cual “es atractivo para los negocios por su ubicación estratégica, como capital del sur de Colombia, por su amplio y variado tejido empresarial que aporta importantes elementos de valor agregado en el sector empresarial y agroproductivo”, explicó Clara Inés Triviño, directora de la Cámara de Comercio de Huila, Zona Sur.
Actualmente, este municipio cuenta con 5.044 empresas y, según cifras de la oficina pública de empleo del Sena, durante 2020 hubo un total de 957 vacantes, de las cuales 823 fueron puestas a disposición en comercio, construcción y actividades inmobiliarias.
En gestión de recursos, hace tres años se ubicó como el segundo municipio con mayor aporte al total del Huila con 17,20 puntos, indicador que se compone de movilización, ejecución de recursos y recaudo a través de instrumentos de ordenamiento territorial de la Medición de Desempeño Municipal.
Además, cuenta con la posibilidad de desarrollar sectores como el agropecuario, minero, turismo, la economía creativa y la construcción.
Desde el sector salud se enuncian posibilidades de generar proyectos de inversión en la ESE Municipal Manuel Castro Tovar, hospital de primer nivel de Pitalito.
Yopal también es considerada una ciudad intermedia atractiva para hacer negocios en Colombia, ya que presenta amplias oportunidades de inversión en la ganadería y sus subproductos, pues se está haciendo la construcción de un frigorífico para 2022. A los derivados de la industria cárnica se le suma la maderera, producción y transformación de los derivados del arroz, así como en la oferta de servicios turísticos.
El mercado laboral en Yopal históricamente ha tenido una dinámica diferente con relación a las ciudades capitales de la Orinoquía, en la última entrega que realizó el Dane sobre el empleo en esta ciudad se reportó una tasa de desocupación de 9,4%.
“De acuerdo con el Dane, allí viven cerca de 180.000 personas y del total de la población que trabaja, 40% lo hace en el comercio, los hoteles y los restaurantes”, dijo Carlos Rojas Arenas, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Casanare.
Además, en 2019 ingresaron cerca de 6.000 extranjeros a Casanare a desarrollar actividades como el turismo (58%), negocios (11%), eventos (9%) y trabajo (3%).
Por otra parte, y según el Banco de Desarrollo Interamericano (BID), Rionegro cuenta con importantes empresas como la Compañía Nacional de Chocolates, Corona, Pintuco, Imusa y el centro de operaciones de Avianca. Además, es atravesado por el río Negro, cuya cuenca genera 30% de la energía eléctrica nacional y suministra agua potable para buena parte de Antioquia.
Esto, sumado a la presencia del Aeropuerto José María Córdova y grandes obras de infraestructura como el Túnel de Oriente, que tuvo un costo aproximado de un poco más de $1 billón, genera una ventaja a nivel económico y geográfico para hacer negocios.
Del mismo modo, el BID proyecta un crecimiento económico y demográfico a futuro aún mayor en ciudades intermedias o emergentes que en las grandes ciudades. A partir de esta definición, varios municipios de la Sabana de Bogotá clasifican como zonas emergentes de atracción de negocios por su población y su cercanía con una futura megaciudad, factores que podrían generar mayor atracción de inversión.
Sumada a la capital, en esta zona destacan Bojacá, Cajicá, Chía, Cota, Facatativá, Funza, Fusagasugá, Gachancipá, La Calera, Madrid, Mosquera, Sibaté, Soacha, Sopó, Tabio, Tenjo, Tocancipá, Ubaté y Zipaquirá, que juntas aportan cerca de 30% del PIB nacional, aglutinan más de 4,3 millones de empleados y albergan 34% de las empresas del país.
Su atractivo para los empresarios va de la mano con grandes obras como el Regiotram de Occidente, primer tren de transporte público intermunicipal del país que conectará varios municipios con Bogotá en 45 minutos, para que los ciudadanos puedan trabajar, estudiar y acceder a diferentes servicios distribuidos en la región, y cuyo inicio de operaciones se proyecta para finales de 2023 o principios de 2024.
A esto se suma que, esta zona, desde hace más de 15 años, se ha caracterizado por manejar un precio del metro cuadrado bastante bajo si se compara con la capital, lo que le otorga un plus o incentivo para quienes deseen adquirir viviendas y locales comerciales.
Finalmente, en Ipiales, Nariño, está ubicado el puente internacional Rumichaca, primer paso fronterizo entre Colombia y Ecuador. Por allí se moviliza la mayor parte de productos entre estas dos naciones, convirtiendo al municipio en un centro de operaciones de negocios y comercio.
Además, “el turismo es uno de los factores más importantes generadores de ingresos y empleo. El principal atractivo es el turismo religioso por las iglesias que tiene y el santuario de Las Lajas”, explicó la presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Ipiales, Jeimy Termal Paredes.
En resumen, es una ciudad que ofrece grandes oportunidades para el emprendimiento y la generación que operen en la frontera.
“Aquí convergen inversionistas, empresarios y comerciantes de distintas partes del mundo. Aquí conviven turcos, japoneses, árabes, chinos, mexicanos que han mirado en esta frontera un polo de desarrollo económico. Es la puerta de entrada a Colombia y el punto estratégico de negocios hacia el resto de América del Sur”, aseguró Jhon Jairo Suárez, jefe de Planeación de la CCI.
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