Una excelente noticia nos regaló la oficina de prensa de la Cámara de Comercio del Huila sobre la certificación que la Universidad de Texas, otorgó al Centro de Desarrollo Empresarial de la entidad cameral por cumplir con los estándares del modelo Small Business Development Center, SBDC, en asesoría técnica y administrativa para micro y pequeñas empresas.
Particularmente, sentí que, de manera indirecta, había logrado el objetivo de traer este programa al Huila luego de que en el año 1996 realizara un diplomado en Florida International University, FIU, en Miami, donde residía, porque una de las actividades del curso consistía en el conocimiento de la Ley de Pequeños Negocios, una norma federal que el gobierno norteamericano decidió entregar a las universidades y dirigida a las llamadas “minorías étnicas” (afrodescendientes, asiáticos, latinos, etc.) para apoyar sus emprendimientos y promover su inclusión al sector productivo del Estado de la Florida.
Mi interés era que FIU pensara en aplicar esta experiencia en el Huila. En el 2018, por mi condición de egresado de ese programa académico, fui invitado a un nuevo evento donde me informaron que mi propuesta de entonces debía ser tramitada con la U de Texas, en su sede de San Antonio. No alcancé a viajar a San Antonio pero, gratamente, me enteré de que ese programa había ingresado a Colombia gracias a un convenio entre el SENA y la U de Texas para hacer uso de la metodología SBDC. Pero, así se lo comenté a la Cámara de Comercio del Huila, lo más importante que hay que lograr en el rubro Asesoría Técnica Individual es contar con un conocimiento claro de las posibilidades que tiene un emprendedor al desarrollar su idea de negocio o, a iniciativa de la Cámara de Comercio, ofrecer opciones de negocios.
En la época de mi estudio en FIU, el de mostrar en este campo era un inmigrante venezolano panadero que deseaba continuar su actividad en Miami. Marvin Nesbitt, el director del SBDC y del Diplomado, le indicó donde ubicar su posible panadería, qué y cuántos equipos adquirir con sus capacidades de producción y costos; las líneas de crédito disponibles, número de empleados requeridos y potenciales socios si los requería dado el monto exigido por la iniciativa.
En esa ocasión, el inmigrante venezolano inauguró su establecimiento número cinco con la marca DON PAN. Esos perfiles de negocios son absolutamente necesarios y la Cámara de Comercio del Huila debe trabajar por conformarlos. Sería una gran ayuda y orientación para emprendedores que muchas veces se aventuran con una idea sin verificar las verdaderas opciones del negocio.
Por ello, al tiempo que destaco el logro de la Cámara de Comercio del Huila, insisto que es un buen comienzo que no puede quedarse allí. Es mucho lo que hay por hacer en este campo.
Más InformaciónLa Nación